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'Cult of the Lamb', cuando crear una secta (en los videojuegos) se convierte en algo tenebroso y adorable a la vez


La unión perfecta entre el género de gestión de recursos y las mazmorras, una mezcla entre "¡qué cuqui!" y "¿qué narices es eso?", y la prueba de cómo una secta -ficticia, obviamente- puede absorberte -engancharte, en este caso-. Todo ello es Cult of the Lamb, un juego sencillamente sorprendente.

Disponible para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series, Switch y ordenadores, este título de Massive Monster y Devolver Digital pone al jugador en la piel de un cordero de lo más adorable. Pero la oscuridad tarda poco en llegar a la historia, pues una serie de demonios van detrás de su aniquilación y, de hecho, lo consiguen.

Pero su vida no acaba allí, pues, tras la posesión de un ser del inframundo muy poderoso, el animal logra resucitar, con el objetivo de pagar su deuda formando un culto en su nombre para el que deberá reclutar seguidores.

Los jugadores deberán dirigir su secta, en la que tendrán que construir y gestionar un templo, estatuas de ofrendas, camas, granjas, una cocina y demás edificios que ayudará a conseguir más adeptos, alimentarlos, cuidarlos... o, quizá, castigarlos, pedirles dinero o saquearlos. Y es que, entre las construcciones, los usuarios se darán cuenta de que, para progresar, serán muy útiles las prisiones para los herejes, la comida podrida o los rituales para matar a seguidores no tan fieles.

Al ser un culto, el líder, es decir, el cordero, es quien manda y puede ordenar lo que para él es justo. Aunque siempre puedes intentar ser benévolo con tus fieles, el planteamiento de este terreno donde gestionar los recursos puede parecer despiadado, pero el tono de Cult of the Lamb contrasta enormemente y ayuda a rebajar la tensión. Porque, además de la adorable oveja, los reclutas serán animales igual de monos: vacas, ciervos, cerdos, conejos y un largo etcétera. ¿Qué más se puede pedir?

Entre tanto, lo tenebroso no queda de lado, especialmente en las mazmorras, donde el protagonista vivirá exploraciones rápidas en las que se enfrentará a enemigos más terroríficos y poco agraciados, así como los poderosos demonios llenos de deformidades. Por ello, este estilo macabro a la vez que adorable es uno de los grandes encantos de este juego.

Las cruzadas son, por así decirlo, el modo historia, en el que se puede en la trama para vengarse de tus asesinos. Y, en ellas, también encontrarás personajes que te ayudarán con los recursos y la mejora de habilidades, así como podrás encontrar adeptos a los que puedes salvar -y, posteriormente, adoctrinar-.

Aun así, a pesar de la importancia de las mazmorras, la mecánica de la gestión de la secta es tremendamente adictiva, por lo que esto puede hacer que el género principal pase a segundo plano, depende siempre de los gustos de cada jugador.

Sin embargo, ambos se retroalimentan, pues el crecimiento del culto y sus edificios puede hacer mejorar las técnicas de lucha del cordero de cara a superar las cruzadas, así como conseguir distintas ayudas en los niveles. Y cuidado con pasar demasiado tiempo fuera de la secta, pues tus fieles pueden perder la fe y empezar a propagar blasfemias contra ti, momento en el que tendrás que tener mano dura.

Además, el juego tiene muchos árboles de habilidades incluidos: rituales, armas y maldiciones, construcciones, acciones con los adeptos... Todo ello enriquece el título y lo hace más duradero, pero también puede terminar siendo confuso ante tantas opciones.

Pero, en general, todo está bastante bien justificado dentro de la historia, teniendo en cuenta que eres un cordero poseído que dirige un culto, lleno de adorables animales, y que se enfrenta a monstruos y demonios.

Sin duda, lo que es evidente es que Cult of the Lamb es un compendio de elementos tremendamente interesantes y adictivos, uno de los juegos imperdibles de este año.



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