El 'Comecocos' cumple 43 años atrapado en su laberinto: así fue el nacimiento de Pac-Man
En mayo de 1980 salió al mercado el que pronto se convertiría en el videojuego arcade -concebido como máquina recreativa- más popular del mundo: Pac-Man. Aquí se lo conoció como 'Comecocos' y fue creado por el diseñador nipón Toru Iwatani, quien alcanzó reconocimiento mundial por este juego pionero, que acometió con un equipo de tan solo nueve personas. Ahora se celebra su 43 aniversario, pero las últimas versiones de la marca que lo desarolló -Namco- están adaptadas a dispositivos móviles y PSP.
El protagonista del videojuego Pac-Man es un círculo amarillo con boca que no se sacia jamás. De ahí la procedencia del nombre, ya que en japonés existe la onomatopeya japonesa 'paku', sonido que se produce al abrir y cerrar la boca. "La forma de Pac-Man me vino a la cabeza un día que comía pizza", manifestó Iwatani en su momento.
El 'Comecocos' pulula por un laberinto con el único objetivo de zamparse unos puntos pequeños que están distribuidos por todo el recorrido. Cuatro fantasmas de diferentes colores, todos parecidos a una especie de fregona con ojos, llamados Shadow (Blinky), Speedy (Pinky), Bashful (Inky) y Pokey (Clyde), no paran de incordiarle saliendo a su encuentro detrás de cualquier recodo. Así pues, hay que apresurarse en dejar limpio todo el laberinto y hacer la digestión para pasar a la siguiente pantalla.
El juego tiene nada menos que 255 niveles o pantallas para superar sin ser capturado por los dichosos fantasmillas, que corren frenéticos por los pasillos, a cada nivel más avispados. Tienen colores muy vistosos: rojo, rosa, cian y naranja que podemos ver también en este doodle de Google.
El éxito de Pac-Man cambió el paradigma de los videojuegos, que hasta ese momento parecían centrados en el exterminio de los seres de otros planetas y sus naves correspondientes. De repente todo empezó a girar en torno a los laberintos y diferentes seres que los recorrían.
Pac-Man apareció en el Libro Guiness como el videojuego más exitoso de todos los tiempos, al conseguir unas ventas de más de 290.000 máquinas en todo el mundo, entre 1981 hasta 1987. Superó la popularidad del juego que desde el año 1978 hacía furor en los recreativos y cafeterías, Space Invaders, también de origen japonés, un juego de disparar como locos sin límite de munición, para liquidar las naves intrusas.
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